martes, 22 de septiembre de 2009

Los medios de comunicación y la salud mental.

Me da miedo.

Cada vez que veo un titular en un periódico que hace referencia a alguna enfermedad mental, me da miedo leer el artículo.

Me da miedo porque suele pasar que SOLO SE HABLA DE LAS ENFERMEDADES PSIQUIATRICAS CUANDO HA SUCEDIDO UN SUCESO TERRIBLE Y MORBOSO.

Así, no es raro que una buena parte de la opinicón pública, relacione SIEMPRE la enfermedad mental con agresiones, violencia y terror.

Casi nunca se habla de Salud Mental fuera de las páginas de sucesos. Como si no hubiera otras muchas maneras de tratar los temas relacionados con la salud y con la enfermedad mental.

Es cierto. En alguna ocasión, algún enfermo psiquiátrico se ve afectado por algún suceso desgraciado y violento. Unas veces como actor de algún hecho desgraciado y otras vecss, más frecuentemente, cómo VÍCTIMA de algúna desgracia. Pero SIEMPRE COMO VICTIMA DE UNA ENFERMEDAD que puede más que él.

NO es el enfermo quién realiza ese acto violento: es la enfermedad que padece.

Además, también la población SUPUESTAMENTE SANA tiene o es victima de situaciones violentas.

Tratando el tema como lo hace la prensa , termina dando la impresión de que TODOS los enfermos psiquiátricos son violentos y/ o peligrosos.

En conclusión: los medios de comunicación, (escritos, radiofónicos o televisivos) tienen la grave responsabilidad de estar creando una opinión pública de marginación y miedo a los enfermos psiquicos.

Y lo peor es que ESTO NO ES VERDAD. No es justo que hagan una prensa tan amarilla aprovechando el morbo de las enfermedades psiquiátricas y pensando solo en lograr beneficios económicos a costa de un colectivo que NO ES COMO LO PINTAN.

La mayoría de los enfermos psíquicos, luchan por su salud, y contra su enfermeddad pacientemente, día tras día, con un tesón y una constancia digna de admiración.

Cuando conoces bien a muchas personas afectadas por enfermedades psíquicas, te asombra el mérito que tienen de mantener el ánimo y seguir luchando contra enfermedades siempre angustiosas y difíciles a pesar de notar en la sociedad la marginación y el estigma.

A veces se comprendería que algunos enfermos se revolvieran contra una sociedad que, no solo no les ayuda bien, sino que les margina y habla de ellos como peligrosos y terribles cuando en la mayoría de los casos, su sensibilidad, su humanidad y su valor estan muy por encima del de la media de la población “normal”

Nosotros “ la sociedad”, nos creemos un grupo aparte y MEJOR que los que padecen alguna enfermedad psíquica.

ILUSOS. Acaso no nos damos cuenta de que los enfermos mentales TAMBIEN SON NOSOTROS. Ellos iban por la vida como usted y como yo, sin más mérito y sin más culpa. Pero les vino una enfermedad y ahora, bastante tienen con sobrellevarla y tratar de curarse .

Y NOSOTROS, QUE SOMOS ELLOS, no solo no les damos la mano para acompañarlos en su lucha, sino que creamos un tabú de pelirgrosidad, riesgo, violencia…

La verdad es que pienso que NOSOTROS somos mucho mas crueles que ELLOS sin darnos cuenta de que mañana, la enfermedad psíquica puede llegarme a mí. O a mi hijo. O a mi madre……. O ellos pueden curarse (si les dejamos).

Es decir, mañana NOSOTROS PODEMOS SER ELLOS. Y ELLOS NOSOTROS.

J. Santiago

Psiquiatra

El transtorno bipolar

No hay ninguna persona (Gracias a Dios) que se mantenga sin emociones ni sentimientos, frío como un témpano, toda la vida.

El ser humano, está vivito y coleando y, por eso, tiene cambios de su estado de ánimo. Unas veces está más alegre y otras más triste.

Unas veces con razón y otras sin ella.

Hay días que se despierta uno “con el pié izquierdo” y todo parece salir mal y tengo un humor de perros.

Hay días en que la vida es bella (o me lo parece a mí).

Hay quien es más pesimista y todo lo ve por el lado malo.

Hay quien es más optimista y “siempre ve la botella medio llena” en vez de medio vacía.

Pues todo esto es normal.

Incluso hay personas que tienen oscilaciones del estado de ánimo bastante llamativas: aquello de “ hoy estoy con la bajona…”

Todo eso es normal y humano.

Pero, a veces, los aparatos de control del estado de ánimo, realmente se estropean y la persona que lo padece, sufre una extraña enfermedad en la que pasa temporadas en las que se deprime enormemente ( sin motivo conocido) y otras temporadas en las que, sin que haya nada que lo explique, se siente “excesivamente” contenta, dinámica, activa, con miles de proyectos e ideas, “a cien por hora…” hasta el extremo de que todos los que le rodean se dan cuenta de que aquello no es normal.

Estas personas que sufren enormes e inexplicables cambios de su estado de ánimo, deben consultarlo con su médico de cabecera porque podría ser que padecieran una enfermedad llamada TRASTORNO BIPOLAR ( que pasan de un polo a otro).

Si esto fuera así, la enfermedad tiene tratamiento y suele responder muy bien, pero hay que hacer el diagnóstico bien hecho y usar el tratamiento adecuado durante el tiempo suficiente.

Como siempre, si esto que cuento es parecido a lo que usted padece, consulte con su médico: él le orientará.

Un saludo, amigos.

Julio Santiago

las crisis de ansiedad

Los americanos suelen llamarla también “crisis de pánico” y en Europa, se llama “crisis de angustia”.

A mí lo de crisis de pánico me parece mejor porque el término es más gráfico.

Hay un mecanismos de defensa del ser humano que consiste en que, cuando hay una situación de gran peligro o alarma, se dispara el ritmo cardiaco, la respiración se hace más rápida y superficial, las pupilas se dilatan, la piel y el pelo se erizan (se pone “carne de gallina”, “los pelos de punta”), la musculatura se contrae… hasta puede dar diarrea..

Todo esto, es una expresión del miedo, un mecanismo de alerta, de defensa, de huida de autoprotección… Todo esto es normal cuando se produce como respuesta a una situación amenazante o altamente estresante.

El problema de la crisis de pánico, es que puede producirse sin que haya ninguna situación especial que la provoque, en cualquier momento, cuando más tranquilo estoy…

En tal caso, como la persona que la sufre nota todos esos síntomas sin que haya nada que los explique, siente doble miedo: crisis de miedo inmenso y más miedo porque no hay explicación descubrible.

La crisis puede ser extraordinariamente molesta y producir mucho sufrimiento a quién la padece.

Sin embargo, es una falsa alarma: parece que me va a dar un infarto, pero no me da; parece que me voy a asfixiar, pero no me asfixio, parece que me voy a morir pero no me muero; parece que me voy a volver loco, pero no me vuelvo…y, poco a poco, la crisis va pasando, ella sola, hasta que todo vuelve a la normalidad.

Bueno, casi todo vuelve a la normalidad. Generalmente me quedo con miedo de que pueda volver a aparecer una crisis tan angustiosa. Y, sin motivo aparente.

Pero… hay que vencer el miedo. Una sola crisis de pánico, a pesar del susto que se lleva uno, no tiene importancia ninguna. Solo hay que intentar mantenerse sereno, respirando hondo y pausado, darle tiempo, no salir corriendo hacia ningún sitio…ella sola va pasando.

Solo si la crisis se repitiera en varias ocasiones debe consultarse al médico de cabecera y él dirá lo que hay que hacer.

Saludos, amigos.

Julio Santiago

martes, 2 de diciembre de 2008

Día Mundial de la Salud Mental

Sabias que…

Día Mundial de la Salud Mental

Una vez más el 10 de Octubre, como en años anteriores, se celebra el día Mundial de la Salud Mental. El lema escogido para este año es “Convirtiendo la Salud Mental en una prioridad global: Mejorando los servicios a través de la reivindicación y la acción ciudadana”.

Aunque el lema es bastante farragoso, creo que hace hincapié en un aspecto de la Salud Mental en el que pocas veces reparamos, y es la importancia de la sociedad, de la comunidad, de los ciudadanos con sus actitudes y conductas para el desarrollo de una correcta atención a los pacientes.
El artículo en esta ocasión será algo más amplio que otros anteriores, pero permítanme extenderme un poco.

Históricamente, y realizando un mini-resumen las concepciones acerca de la enfermedad mental han ido cambiando al tiempo que lo hacían las creencias de la sociedad en general:
En una primera etapa todas las creencias se centraban en la magia-religión y la enfermedad se atribuía a la intervención de dioses/demonios/espíritus y era competencia de los magos/chamanes/sacerdotes.
Posteriormente se desarrollan culturas de gran importancia (Egipcios, babilonios…) que culminan en los griegos y su concepción del mundo filosófico-matemática, pasando la enfermedad mental a considerarse un desequilibrio de las materias que componen el organismo (la teoría humoral de hipócrates).
Dichas concepciones evolucionan a través de la edad media, a través de un desarrollo de la filosofía griega por las tres grandes religiones (Judaísmo, Islam y cristianismo), hasta llegar a la Revolución científica y la Ilustración que culminan en nuestro enfoque actual a través de los progresos del siglo XIX y XX.

Nuestra sociedad actual se mueve dentro de un paradigma de tipo científico-técnico, que ha conseguido grandes avances capaces de transformar nuestra forma de vida. No es necesario recordar en los últimos siglos la espiral de avances técnicos que han llevado a nuestra sociedad a un grado de desarrollo sin precedentes en la historia: Basta salir a la calle basta para observar los avances (coches, aviones, ordenadores, televisores, móviles, grúas… la lista sería interminable). Dichos logros y su impacto directo en nuestras vidas han llevado a un enorme prestigio de la visión científica, aunque debemos recordar que la evolución que hemos visto en el pequeño resumen histórico anterior no significa la completa sustitución de una forma de ver el mundo por otra, sino que concepciones que podemos considerar más antiguas persisten y sobreviven a lo largo de toda la historia, a veces con una vitalidad incluso mayor (la creencia sobre la intervención de las brujas y los demonios en las enfermedades mentales en la Edad Media, o las creencias en astrología, adivinos y curanderos de nuestros días).

La justificación de que algo se hace porque lo indican “los expertos”, o que existen pruebas científicas de esto o de lo otro inunda nuestras noticias y nuestros medios de comunicación, y así la ciencia ha pasado a ser una especie de autoridad más o menos incontestable, algo demasiado complicado para el entendimiento de las personas normales, y que sólo los expertos (“los elegidos”) son capaces de manejar y controlar, planteando una sensación que casi iguala la ciencia a la magia del mundo antiguo y a los científicos en los nuevos magos. Podemos observar todos los días como los anuncios comerciales, se llenan de expertos “de bata blanca”, (en ocasiones con un acento extranjero), para vendernos colchones o leche, o las referencias “científicas” de anuncios de yogures que hablan de estudios sobre inmunidad, defensas del organismo, niveles de colesterol…

Como resultado de ello en ocasiones la gente se vuelve hacia los expertos en la creencia de que estos poseen una especie de “manual de instrucciones” o “conocimiento superior” que debe indicar claramente y sin ninguna duda que es lo que hay que hacer en todas las circunstancias y de una manera mecánica para obtener los resultados deseados, mostrándose los legos sin voz ni voto en dicha decisión.

La concepción de la medicina actual, y de la salud mental como parte de la misma no es, al menos teóricamente esa, sino que busca informar al paciente y a sus familiares (a la sociedad en general) para que estos de una forma autónoma y responsable colaboren en la toma de decisiones y el aprovechamiento de los recursos.
Realizando otra breve digresión histórica ( paciencia, ya me voy acercando al tema) a lo largo de los años 50 y 60 varias aportaciones doctrinales cristalizaron en lo que se ha dado en llamar psiquiatría Comunitaria, sostenidas en una parte importante por el avance de la psicofarmacología que había dado un gran paso adelante con la introducción de tratamientos para las grandes patologías de la Salud Mental: Esquizofrenia (neurolépticos), Ansiedad (barbitúricos y benzodiacepinas), depresión ( antidepresivos) y tr bipolar (litio).
En el año 1963 (por proporcionar una fecha central en un proceso complejo y en continua evolución) el congreso americano aprobaba a instancias del presidente John F.Kennedy la “Community Mental Health Centers Act” en la que se establecía la provisión de fondos para centros comunitarios de Salud Mental, que serían establecidos en poblaciones de entre 70.000 y 200.000 habitantes y que proporcionarían fundamentalmente 5 tipos de servicios: Pacientes internos, Servicio de urgencias (24 h), Servicios de día (Hospitalización parcial, instituciones intermedias, servicios de seguimiento y ambulatorios), Investigación y Docencia.
El fundamento teórico de los centros comunitarios centraba su foco no únicamente en el paciente o la enfermedad, sino en la COMUNIDAD, no aislando a los pacientes en hospitales psiquiátricos como hasta ese momento, sino reduciendo las hospitalizaciones al mínimo y tratando a los pacientes en la comunidad, por un equipo multidisciplinar que incluyese no sólo médicos sino además de psiquiatras, psicólogos clínicos, trabajadores sociales, enfermeros especializados, terapeutas ocupacionales, personal administrativo…, interesándose por identificar las necesidades de salud mental, e intentando abarcar a toda la población (incluyendo niños, ancianos minorías, enfermos crónicos y graves…)

Supongo que para aquellos que habéis tenido la paciencia de seguir leyendo, todo esto os suena bastante. Es, con ligeros matices, el modelo en que nos movemos, el tipo de medicina que estamos realizando. Sin embargo existen algunas características más de este modelo que constituyen la razón central de este artículo:

- UBICAR LOS RECURSOS EN ZONAS PRÓXIMAS A LOS PACIENTES PARA FACILITAR EL ACCESO
- IMPLICAR A LOS POLÍTICOS Y CIUDADANOS EN LA PLANIFICACION Y LA TOMA DE DECISIONES SOBRE NECESIDADES Y PROGRAMAS DE SALUD MENTAL.

En modelos anteriores era el paciente el que se incorporaba al hospital (generalmente grandes instituciones que atendían zonas muy amplias) ahora se trata de acercar la institución al paciente, para facilitar su acceso a la misma y no desarraigarlo, o hacerlo lo menos posible, de su medio y su familia.

La decisión de implicar a los ciudadanos y a los políticos se produjo ante una doble constatación:
1) Para implementar cualquier programa con unas mínimas garantías de éxito se necesitaba la existencia de una financiación que provenía fundamentalmente de fuentes estatales, gubernamentales.
2) Se comienza a dar importancia a las aportaciones de pacientes y familiares, que se habían organizado en asociaciones.

Incluso los “sabios científicos” no eran infalibles y ciertas recomendaciones y medidas iban cambiando con el tiempo. Las consecuencias de la aplicación de ciertas directrices tenían repercusión sobre la sociedad: Por ejemplo la aplicación de los postulados comunitarios supuso un proceso conocido como DESINSTITUCIONALIZACIÓN, con eliminación de camas en hospitales psiquiátricos e integración de los pacientes en la comunidad y no todas sus consecuencias fueron felices: Muchos pacientes quedaron en una situación de desprotección, viviendo como vagabundos sin hogar, o la carga de ciertas familias que tenía que hacerse cargo del control del tratamiento del paciente aumento de forma importante.

Es por todo ello que la acción ciudadana y de las reivindicaciones hacia los políticos es cada vez más importante, fundamental, para establecer nuevos servicios y recursos. Para ilustrarlo os dejo con una sencilla reflexión:

La “teoría “, la “ciencia” dice que entre los servicios necesarios en salud mental figura la existencia de un recurso para hospitalizaciones prolongadas donde realizar programas de rehabilitación. En Nuestro medio y para nuestros pacientes y familiares ¿Es lo mismo que dicha residencia se encuentre en Gran Canaria, que en Tenerife, que en el Hierro o que en el propio Lanzarote?
Esa es una cuestión que debe resolverse a través de las reivindicaciones de la sociedad y de la acción de los políticos

viernes, 29 de agosto de 2008

10 de Octubre - Dia Mundial de la salud Mental

El 10 de Octubre, Día Mundial de la Salud Mental, fue instaurado en el año 1992 por la Federación Mundial para la Salud Mental, con el objetivo de incrementar en todo el mundo el conocimiento público sobre las enfermedades mentales, así como la promoción de campañas globales para la educación sobre la salud mental.

Los datos y cifras sobre la Salud Mental en el Mundo, facilitados por la Organización Mundial de la Salud (Departamento de Salud Mental y Abusos de Drogas), (octubre de 2007) son los siguientes:

- Cerca de la mitad de los trastornos mentales se manifiestan antes de los 14 años. Se calcula que aproximadamente el 20% de los niños y adolescentes del mundo tienen trastornos o problemas mentales, y en todas las culturas se observan tipos de trastornos similares. Sin embargo, las regiones del mundo con los porcentajes más altos de población menor de 19 años son las que disponen de menos recursos de salud mental. La mayoría de los países de ingresos bajos y medios cuentan con un solo psiquiatra infantil por cada millón a cuatro millones de personas.

- Por término medio unas 800 000 personas se suicidan todos los años, el 86% de ellas en países de ingresos bajos y medios. Más de la mitad de las personas que se quitan la vida tienen de 15 a 44 años. Las tasas más altas de suicidio se registran entre los varones de los países de Europa del este. Los trastornos mentales, una de las principales causas de suicidio, son tratables.

- Los trastornos mentales figuran entre los factores de riesgo de las enfermedades transmisibles y las no transmisibles. También pueden dar lugar a traumatismos no intencionales o intencionales. Al mismo tiempo, muchas dolencias aumentan el riesgo de trastornos mentales y hacen más difíciles los procesos de diagnóstico y tratamiento. Por ejemplo, la obesidad se ha asociado con un aumento considerable de la depresión, los trastornos bipolares y los trastornos de pánico.

- El estigma que pesa sobre los trastornos mentales y la discriminación de los enfermos y sus familiares hacen que las personas no soliciten atención de salud mental. En Sudáfrica, un estudio del Gobierno mostró que la mayoría de la gente pensaba que las enfermedades mentales estaban relacionadas con el estrés o con la falta de fuerza de voluntad más que con trastornos médicos. Contrariamente a lo que se podría pensar, los niveles de estigma son mayores en las zonas urbanas y entre las personas con un nivel de educación más alto.

- Las denuncias de violaciones de los derechos humanos de los pacientes psiquiátricos en la mayoría de los países son frecuentes. Esas violaciones incluyen la coerción física, la reclusión y la privación de las necesidades básicas y la intimidad. Pocos países cuentan con un marco legal que proteja debidamente los derechos de las personas con trastornos mentales.

- Existen grandes diferencias en cuanto a la distribución de los recursos humanos para la atención de salud mental en el mundo. La escasez de psiquiatras, enfermeras psiquiátricas, psicólogos y trabajadores sociales son algunos de los principales obstáculos que impiden ofrecer tratamiento y atención en los países de ingresos bajos y medios. Los países de ingresos bajos cuentan con 0,05 psiquiatras y 0,16 enfermeras psiquiátricas por cada 100 000 habitantes, mientras que en los países de ingresos altos esa cifra es 200 veces superior.

- Para que aumente la disponibilidad de servicios de salud mental, hay que superar cinco obstáculos clave: la no inclusión de la atención de salud mental en los programas de salud pública y las consiguientes consecuencias desde el punto de vista de la financiación; la actual organización de los servicios de salud mental; la falta de integración de la salud mental en la atención primaria; la escasez de recursos humanos para la atención de salud mental, y la falta de iniciativa en el terreno de la salud mental pública.

- Los gobiernos, los donantes y los grupos que representan a los agentes de salud mental, los enfermos mentales y sus familiares tienen que trabajar de consuno para que aumenten los servicios de salud mental, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios. Los recursos financieros que se necesitan son relativamente modestos: US$ 2 por persona y año en los países de ingresos bajos y US$ 3 a 4, en los de ingresos medios.


Via OMS

domingo, 24 de agosto de 2008

la jaqueca

La jaqueca es el más frecuente de todos los dolores de cabeza. Concretamente, el 90% de las personas que tiene dolores de cabeza frecuentes , tienen un diagnóstico de JAQUECA o MIGRAÑA.
La migraña es una de las muchas clases de jaquecas que hay. Se caracteriza por una cefalea (dolor de cabeza) que se presenta en crisis (es decir, que no es continuo todos los días, sino que se quita y se pone). Generalmente duele más una mitad de la cabeza que la otra, es un dolor pulsátil (con puntadas en la frente o en la "sien") y suele acompañarse de náuseas, y a veces vómitos. Algunas veces, antes o a la vez que el dolor de cabeza, aparecen algunos trastornos en la vista como luces, sombras, "moscas volantes" o "estrellitas".
Es más frecuente en mujeres que en hombres. En ellas, suele dar en los días previos a la menstruación, empeoran en las que toman anticonceptivos y mejoran durante los embarazos. Suelen dar más frecuentemente si se come mucho chocolate, queso, si se bebe o se fuma en exceso, si se está demasiado cansado o nervioso o tenso, si se "coge mucho sol" en la cabeza y a veces con ciertos olores, humos, luces intermitentes o ruidos estridentes (¡Cuidado con las discotecas!).
La crisis de dolor puede durar un par de horas o hasta un par de días. Al final se termina quitando y se queda uno "hecho polvo" durante unas horas o días... hasta que vuelva de nuevo.
Los que la padezcan con frecuencia, deben ir a su médico de cabecera. Hay tratamientos que las mejoran y alivian. Los que no la tengan demasiado frecuentemente, no deben tomar tratamiento continuo sino esperar a que venga el dolor y, cuando llegue, tomar algún derivado de la aspirina, acostarse en habitación fresca, oscura y silenciosa, ponerse una bolsa de hielo o compresas de agua fría en la frente, tratar de relajarse y esperar. Si sólo con eso no cede la cefalea, hay que consultar, porque hay unos medicamentos muy eficaces, pero como son un poco delicados, no deben usarse sin consultarlo primero con el médico y que el nos haga una receta .

miércoles, 20 de agosto de 2008

La Falta de memoria

Con mucha frecuencia se oye decir a alguna persona :

- "Doctor, de un tiempo a esta parte estoy perdiendo la memoria. Voy a hacer alguna cosa y cuando llego al sitio donde iba a hacerla, ya se me ha olvidado que es lo que tenía que hacer."

Esto suele preocupar mucho a la gente, y con frecuencia no se trata de una auténtica pérdida de memoria sino de otra cosa bien distinta: un exceso de ansiedad o excesiva prisa en la vida diaria.

Cuando este tipo de "despistes" se dan en una persona de más de 50 años y ocurren con demasiada frecuencia, conviene consultar por si acaso. Alguna vez, raramente, podría tratarse del comienzo de esa enfermedad terrible que se conoce con el nombre de DEMENCIA SENIL o ENFERMEDAD DE ALZHEIMER.

En la inmensa mayoría de los casos, se trata simplemente de un ESTADO DE ANSIEDAD excesivo que nos impide GRABAR bien lo que pensamos y después, lógicamente, no podemos acordarnos de ello.

Si lo piensan bien, es fácil de comprender y es totalmente lógico. Frecuentemente estamos haciendo más de una cosa cada vez. A veces estamos barriendo, o cocinando o haciendo una factura a un cliente en nuestra oficina, o leyendo nuestra lección de hoy, y a la vez estamos pensando en lo que tengo que hacer mañana o en lo que ayer me dijo mi novio o en mi falta de dinero ..... o en que no debería fumar tanto, el médico me dijo que me estoy pasando o ...en todo junto.

A la vez, de pronto nos decimos: "Voy a ir por el cenicero a la cocina. " Nos levantamos, vamos hacia la cocina pensando en el cliente cuya factura estábamos haciendo, o en lo que me preguntará el profe mañana, a la vez miramos el cigarrillo diciéndonos "Mañana mismo dejo de fumar..." Llegamos a la cocina..y de pronto nos quedamos todo extrañado preguntándonos..."Y..¿a qué venía yo aquí?. ¿Qué venía a buscar yo...?" Por más que lo pensamos, no lo recordamos. Nos preocupamos. "-Mañana voy al médico a consultarle esta maldita pérdida de memoria. ¿ Tendré una enfermedad de Alzheimer...?"

No es una demencia ni es nada de importancia. Es simplemente, que no puedo pretender que mi cerebro, ocupado con dos o tres o mil temas al mismo tiempo, pueda estar atento a todos ellos al 100%. Si lo hago así, posiblemente alguno me saldrá mal.

Si te pasa esto con frecuencia, no te alarmes. Simplemente, procura aprender a "ir más despacio", a darle a cada cosa su tiempo, a prestar atención, cada vez a una sola cosa. Incluso, en cosas de cierta importancia, aprende a ESCRIBIR pequeñas notas de lo que deseas recordar después. La memoria visual que se pone en marcha al escribir algo, hace que funcione mejor la retentiva y posiblemente, nada se te olvidará. Y por último, por si todo falla, recuerda el dicho popular: "Más vale una mala agenda, que una buena memoria".